La grave e “¿irreversible?” crisis económica que asola a todo el mundo ha conseguido desplazar de las portadas de todos los medios de comunicación al resto de las noticias. Algo que indica a un ignorante del tema como yo que la situación actual va de mal en peor a medida que avanzan los días y cuya solución va camino de convertirse en pura fantasía y “ciencia ficción”. ¿Es éste el único y verdadero Apocalipsis?
Es ahora más que nunca cuando uno no puede menos que echar la vista atrás y pensar si entrar en el euro fue una buena decisión… Lo siento pero yo no he podido olvidarme de la peseta, sigue presente en mi cabeza y me recuerda lo cara que se ha puesto la vida desde que ella no está. Así, los “nostálgicos” como yo, los que seguimos poniendo apellido pesetas a los euros, no dejamos de comparar los precios de la actualidad.
El primer error importante que cometemos es poner el euro a la misma altura que las antiguas 100 pesetas ya que no tienen nada que ver. 66, 386 pesetas de pérdidas es el resultado de la primera comparación. Sé, soy consciente, de que el paso de los años hace que muchas cosas vayan desarrollándose y progresando pero también sé que no es para tanto. Por ejemplo, los periódicos –versión impresa- no han cambiado tanto en estos últimos 13 años como para pasar de costar 100 pesetas a 166, 386 pesetas (Un euro)…
Sin embargo, el cambio más significativo lo encontramos en los productos que necesitamos para vivir, que al fin y al cabo, es la labor imprescindible que debemos hacer cada uno de nosotros para subsistir. De esta forma, podemos observar que las cosas cada vez son más pequeñas y más caras. Y si no es posible aumentar los precios sin llamar la atención de los clientes, la solución para las empresas es reducir el tamaño.
¿Y qué podemos hacer nosotros ante todo esto? Creo que hay pocas opciones ante tal cuestión… Si queremos seguir viviendo, tenemos que seguir comprando cueste lo que cueste. Probablemente, lo ideal sería que nos preguntáramos dónde ha ido a parar todo esa diferencia de dinero que hay entre los productos de ahora y los de hace diez años. Pero seguro que cada uno de nosotros tenemos nuestra propia respuesta y, pese a ello, poco o nada podemos hacer por intentar arreglarlo a nuestra manera.
Ya sé que en España tenemos una democracia con sus elecciones y todas esas cosas que nos permite elegir a nuestros gobernantes y bla bla bla, pero en otros países suelen hacer referéndums sobre cuestiones importantes que afectan al pueblo. Aunque, al parecer, en nuestro país acostumbramos a decidir las cuestiones fundamentales de la sociedad sin tener el apoyo y la opinión de los demás (Llámese euro, ir a la guerra, etc.).
Antes, por ejemplo, la paga semanal (Dícese del traspaso de dinero de padres a hijos) era de 100 pesetas y con eso teníamos de sobra para lo que queríamos. Ahora, las nuevas generaciones necesitan 10 euros (1.663. 86 pesetas) cada siete días para sus gastos. Pero, claro, qué podemos esperar de una juventud que no han conocido el maravilloso y apasionante mundo de las canicas, las peonzas, las combas o las chapas…
De todos modos, la única solución posible y en la mano de cada uno pasa por cuidar nuestro hogar de la mejor manera que sepamos. Así, podemos empezar a colaborar de alguna forma en nuestras cosas y nuestros caprichos. La capacidad del ser humano por sobrevivir consiste en la combinación del esfuerzo y el sacrificio. El esfuerzo por ahorrar y el sacrificio de evitar ciertos lujos que en ocasiones no son necesarios. ¿Sabrán los que gobiernan a lo que me refiero? Me temo que sólo piensan en ellos mismos y que han “olvidado” el significado de las palabras ahorrar y sacrificar…
Una vez más queda de manifiesto que el poder corrompe a la mayoría de las personas y el afán de aparecer en los medios de comunicación hizo que entrasemos en una guerra...
ResponderEliminarPor otro lado, la entrada en el euro era necesaria y nos ha beneficiado como país. No hay que echarle la culpa a la entrada del euro, si no a todos los del sector de servicios que lo han utilizado para redondear todos los precios y beneficiarse de que la gente no sabía calcular bien en los primeros meses.
por poner un ejemplo del beneficio de estar en europa y zona euro, tienes que ver a red española de carreteras, las han pagado las ayudas europeas, sino tendríamos las carreteras de la post guerra.
Por no alargarme más, creo que hay que esforzarse mucho para, según está la vida, conseguir ahorrar algo y además poder disfrutar de salir (porque también hay que vivir).