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martes, 24 de mayo de 2011

DECIMOSÉPTIMO ANIVERSARIO DE MI APENDICITIS

Hoy se cumplen diecisiete años de mi operación de apendicitis y me gustaría compartir con vosotros mis vagos recuerdos sobre aquel “trascendental” episodio de mi vida… Probablemente no recuerde con exactitud muchas de las cosas que ocurrieron pero intentaré aproximarme lo máximo posible a la verdad. Mi cicatriz y yo estamos juntos desde las 19 horas del martes 24 de mayo de 1994…

La historia de mi apendicitis se inicia el domingo 22 de mayo (Eso es lo que yo creo, aunque no sé si de verdad fue el desencadenante). Pasé el día en la comunión de un amigo, que curiosamente celebró el banquete en el “famoso” restaurante chino de Ciudad Rodrigo. A la mañana siguiente, me levanté de la cama fatal y lo primero que hice fue vomitar. Curiosidad o Casualidad… os lo dejo a vuestra elección…

La primera toma de contacto y consulta fue en la antigua (Digo antigua porque creo que ya no existe como tal) Clínica San Marcos que había al lado de mi casa. Supongo que ya nos dijeron a mi madre y a mí el “percal” de lo que tenía y, sobre todo, la “famosa” frase que se le dice a cualquier paciente que hay en Miróbriga cuando no pueden hacer nada: “¡A Salamanca!” Así que cuando mi padre regresó por la tarde del trabajo, nos pusimos en marcha y llegamos al Hospital Santísima Trinidad de la capital charra.

Lo único que recuerdo de la primera noche en el Hospital es el daño que le hice a una buena enfermera que me atendió. Sugirió que le agarrara la mano mientras otra compañera me ponía la aguja del gotero. Es muy posible que se arrepintiera poco después… Evidentemente la procesión, por esta vez, iba por fuera y yo sentía un miedo terrible a entrar en quirófano. Me da vergüenza ya que siempre tuve en casa a un valiente que nunca se quejó de nada a pesar de todo lo que le tocaba sufrir…

En un principio me tenían que operar por la mañana, como muy tarde al mediodía. Pero lo que sucede en estos casos, no había quirófano y lo acabaron retrasando hasta por la tarde. Como de la que yo me alegraba muchísimo ya que cada vez que entraba una persona con una bata blanca en la habitación se me cambiaba la cara… No pude tomar nada, ni siquiera líquido, así que para aliviarme me mojaban los labios con una toalla. Si no me equivoco y mi memoria no me falla, pasé la sobremesa viendo el Giro de Italia y como un rubio llamado Eugeny Berzin (Enrique se acordará…) le ganaba la batalla a nuestro campeón Miguel Indurain y le privaba de su tercera corona consecutiva.

Llegó la hora y un celador (Al que seguramente insulté en mi cabeza) me sacó “por la fuerza y en contra de mi voluntad” (jejeje) de la habitación “en la que estaba muy a gusto” para llevarme al quirófano. Mi madre fue la última persona que me dio un beso antes de entrar y la que “provocó” que entrara hecho un mar de lágrimas… Era curioso ya que era la primera (Y última hasta ahora, si no contamos la mínima operación de vegetaciones) que me tocaba a mí estar al otro lado y no esperando a la puerta.

En el quirófano me animaron y distrajeron con una pinza que tenía puesta en el dedo para ver a través de un monitor mis constantes vitales (Esto no lo sabía entonces pero lo he ido aprendiendo con todas las series de médicos que me trago…) y me quedé “sopa”. Los 30 minutos que duró la operación los recordaré siempre como la mejor siesta de mi vida ya que dormí como un lirón y me encontraba muy a gusto. Me despertó el cirujano y tras decirme que ya habían acabado (y fastidiarme el sueño), me empezó a doler todo.

Lo que no me acuerdo es de las visitas y todas esas cosas. Aunque supongo que las tuve y a montones ya que cuando algo malo (Y para mí, en aquellos días, una apendicitis era lo peor de lo peor) nos pasa a un Tapia, acudimos en masa… Después de algún que otro calmante, lo más maravilloso que recuerdo de la primera noche “post operación” fue el delicioso zumo de piña que me llevó la sobrina de mi tía Nati. No sé si era porque fue lo primero que tomé en un día o porque realmente fue el mejor zumo de la historia…

Si no me equivoco, estuve ingresado hasta el viernes de esa misma semana y en compañía de mi abuela Juana. Como no era muy grave, mi padre tenía que trabajar y mi madre tenía que encargarse de mi hermano, así que Juana era la persona adecuada para el puesto. Pasamos muchos momentos juntos esos días, algunos buenos y algunos malos. Lo mejor, los paseos que hacíamos por el inmenso pasillo de la Trinidad.

Lo peor, cuando me negué a sufrir los pinchazos de las enfermeras en el culete para suministrarme los medicamentos. Como era un niño y me aterraban las agujas, la solución pasaba por poner lo más duro posible el culo. Así que no tuvieron más remedio que darme los medicamentos en forma de pastilla. Otra de las cosas que me acuerdo es del lenguado que me trajeron una noche y como por aquellas fechas yo era un poquito especial, tuve que ceder “con generosidad” a mi abuela para que se lo comiera…

Otra de las cosas que no se me olvidara fue la visita una mañana de Eladio, un amigo de mi padre (El del Dallas… jeje!). Me traía el periódico para que me distrajera y venía en portada la marcha de Laudrup al Madrid. Una mala noticia que a mí me dolió (Luego vendría años más tarde lo de Judas que lo superó con creces…) a pesar de que Eladio me decía que no pasaba nada que el Barça había fichado al “grandísimo” porterazo Julen Lopetegui… No recuerdo ninguna parada suya, solo su desmayo televisivo.

Mi experiencia hospitalaria terminó con toda la familia tomando cosas para evitar las lombrices que habían fastidiado mi apéndice y con la retirada de los puntos una semana más tarde de la operación. Unos puntos, por cierto, como Dios manda, en los que se pueden apreciar el hilo de las agujas. Una cicatriz de las que ya no hacen, como ahora las hacen sin que te quede marca… Yo lo prefiero así, una raja para acordarme siempre con cariño de este episodio de mi vida y celebrarlo como tal cada 24 de mayo.

P.D.: Quizás esta anécdota se os haya hecho más larga de lo normal (lo es) pero a mí se me ha hecho corta porque me ha traído muchos recuerdos de mi infancia y me ha gustado compartirlo con todos vosotros.

P.D.: Espero que hayáis disfrutado y os haya quitado el mal sabor de boca por el anterior “post” que al parecer no ha gustado a mucha gente aunque ya dejé claro que no sé nada de política y no es una de mis pasiones. Además, lo único que pretendía era dejar mi opinión acerca de las elecciones y sobre los “vagos” de verdad, los que se quedan en casa y pasan de todo, no sobre los que se manifiestan no votando.

lunes, 23 de mayo de 2011

A LOS VAGOS QUE NO VOTAN…

Vaya semana nos aguarda con la resaca electoral… y eso que no han sido las elecciones generales (Para los que se quedaron con ganar de votar más de una vez, en 9 meses habrá más… o incluso antes). Después de no sé cuántas mil semanas de precampaña, campaña, reflexión, voto y “acampada”, ahora nos toca digerir los resultados. Seguro que a más de uno y de dos va a sufrir un corte de digestión por culpa de las papeletas…

Y como ya ha acabado la Liga de fútbol, el Real Madrid no va a meter más goles que no sirvan “pa´na”, Cristiano Ronaldo se tendrá que conformar con sus 40 tantos y su bota de oro y ya que no hay Champions League para los madridistas tendremos más política que nunca… (Pero tranquilos, que hoy no toca hablar de fútbol, jeje!!). Aunque más de uno desearía que lo hiciera después de lo repulsiva que es la política en este país…

Vaya por delante que un servidor apenas sabe nada de política, lo básico para saber quién es de derechas y quién es de izquierdas… Y mi trabajo me costó. En mi humilde e ignorante opinión, el gran problema de la sociedad española es su indiferencia ante el derecho a ejercer el voto. En otras palabras, la falta de voluntad para coger su DNI e ir a su colegio electoral a dejar un sobrecito en una urna transparente. Vamos, unos vagos...

El caso es que elecciones tras elecciones, un tercio de la población se abstiene de ir a votar. Unos creerán que ésta es su forma de protestar y manifestarse, mentira. Creo que para que eso funcionara nos tendríamos que poner todos de acuerdo y no ir nadie a votar (Aunque eso fallaría ya que los que se presentan, se votarían). Otros, simplemente, prefieren dejar el “asunto” en manos de otros. Es decir, “delegar” la responsabilidad en los ciudadanos que sí ejercen su derecho a voto en lo que viene a ser una democracia.

Evidentemente, no se sabe cuál serían los resultados si un 90% votara. Pero, quizás, por ejemplo, se podría evitar el bochornoso espectáculo de ver como un grupo terrorista obtiene 1.138 concejales tras los votos de 313.231 personas. O lo que es lo mismo, la séptima fuerza política más demandada de España. Sé que tenemos una grave crisis económica en la mayoría de las familias, pero a mí este dato me da bastante “terror”.

Muchos pregonan que no están conformes con el bipartidismo político que hay con el PP y el PSOE, que ambos nos han llevado a dónde estamos hoy. ¿Por qué no le damos entonces una oportunidad a los partidos minoritarios? Supongo que por la misma razón que un seguidor del Barça o del Madrid no se hace de otro equipo y que éste gane la Liga (Perdón por el símil futbolístico), además de la pasta que tienen unos u otros.

Hay otros aspectos que podríamos destacar de la jornada electoral pero se los dejaremos a los expertos… Que un “corrupto” conocido (Llamase Camps) tenga mejores resultados que antes de serlo… Que un ex militante del PP (Cascos) gane a su anterior partido y a los socialistas en Asturias… Que el PSOE pierda dos capitales importantes como Sevilla y Barcelona (32 años de hegemonía cortada por CIU)… etc.

Sin embargo, para mí lo más preocupante es que la gente que tiene derecho a votar no lo haga… Es triste porque no hace mucho (Por lo que he podido estudiar y escuchar), no teníamos esa suerte. Hay muchas cosas sobre las que no podemos decidir en nuestra vida y que nos gustaría, pero al menos, podemos elegir a nuestros representantes de gobierno. Y les aseguro, porque lo he comprobado, que no es muy difícil ir a votar.

La única realidad es que después del gran despilfarro de todos los candidatos y partidos durante sus campañas electorales, ahora todo ese gasto aumentará de cara a las elecciones generales. No quiero ni saber la cantidad exacta que se han gastado porque podría volverme loco pero seguro que con una cifra similar se podrían subsanar muchos de los problemas básicos que tenemos que afrontar cada día…

P.D.: Lamento el último retraso de mis “tonterías”. Entre el trabajo de más que he tenido estos días y que “no debo” hablar más de aspectos deportivos, me ha costado ponerme a escribir. Espero no dejar pasar mucho más hasta la próxima entrega…

jueves, 5 de mayo de 2011

¿POR QUÉ NO TE CALLAS MOURINHO?

Ya que varios seguidores me han sugerido que deje de escribir de fútbol y todas esas cosas y otros me han aconsejado que me “aleje” de mis colores cuando lo haga, por todos ellos aquí va una ración completita y “mou sabrousa”… José Mourinho (¿Te importa que te llame así? Me da igual, te llamaré como me dé la gana) es un grandísimo entrenador dentro del campo pero un GRANDÍSIMO CANSINO fuera de él.

Una parte de mí me dice que este personaje no merece que le dedique unas líneas (en realidad también dice que mejor le dedique “otras cosas”, no sé si me entendéis…), pero la otra comenta que tras el resacón del siglo (Dícese de los días posteriores a los cuatro Madrid-Barça que nos hemos tragado –supongo que si hubieran ganado los blancos tendríamos semanas y hasta meses de resaca–) es el momento idóneo para aclarar ciertas cuestiones que no han pasado desapercibidas, al menos para mí.

Mourinho es un entrenador (como le gusta decir a él) Top. Junto con Sir Alex Ferguson (Manchester United) y Josep Guardiola encabeza la lista de mejores técnicos del mundo. De hecho, el pasado mes de enero fue reconocido como tal en la gala del Balón de Oro. Probablemente sea el número uno por delante de Ferguson y Guardiola ya que a éstos no los hemos visto fuera del United y del Barcelona. Sin embargo, el preparador portugués ha logrado grandes títulos con todos los equipos que ha entrenado.

Aquí, un servidor, deseó durante un tiempo pasado que el señor “Mou” se hiciera cargo de una buenísima plantilla que acabó malcriando Frank Rijkaard ya que dudaba de las credenciales de un entrenador sin experiencia y que tenía sólo un filial en el curriculum (Guardiola). El club azulgrana también lo pensó aunque al final pesaron mucho en su contra los diversas palabrerías que dispensó hacia el Barcelona en las temporadas anteriores. Evidentemente me equivoqué y “el Pep” me enamoró en tres partidos…

El caso es que, dejando de lado la zona deportiva, este individuo se ha pasado de la raya una y mil veces, y casi siempre en dirección a la ciudad condal. Como muy bien definió Guardiola hace una semana, Mourinho es el PUTO AMO de las ruedas de prensa, el mejor, el más hábil e inteligente en este terreno. Aunque lo cierto es que sin la ayuda de los altavoces de los medios de comunicación no hubiera llegado tan lejos… 


Esto es así porque convivimos cada día con la prensa deportiva sensacionalista que inunda nuestro país. El “mourbo” es lo que vende, ya sea hablando de fútbol o de famosos del corazón, que por desgracia es lo que nos gusta a la inmensa mayoría de los españoles. Así podemos encontrar periódicos de deporte tergiversando las palabras de los protagonistas o programas de televisión inventándose noticias y reportajes.

Un mar donde Mou sabe bucear a las mil maravillas. La “madriditis” (Dícese de la sensación que habita entre los seguidores del Real Madrid en los tres últimos años y que coincide con la hegemonía futbolística del Barcelona) está bien y puede pasar hasta cierto punto ya que no es fácil (lo digo por experiencia en épocas pasadas) estar por detrás de tu mayor rival año tras año y después de todos los cambios y refuerzos. Pero lo que es inadmisible es intentar hacer que la gente se crea que el Barça consigue y haya conseguido en años atrás sus triunfos y títulos gracias a los árbitros, a Unicef, a la UEFA, etc. Algo inaudito y muy desafortunado porque, entre otras cosas, nadie ha puesto en duda lo que él ha logrado. Además, creo que ni el Barcelona ni el Madrid son los indicados para quejarse nunca de los colegiados. Al final, por unas acciones o por otras, ya sea en un partido o en otro, lo árbitros te dan unas veces y otras te quitan.

Es preocupante porque con su discurso victimista ha conseguido que a los aficionados blancos les de igual el juego ultradefensivo de su equipo, sea en su campo o no. Ha hipnotizado a la grada de tal manera que ya no se corean los nombres de los jugadores, sólo el del entrenador. Y lo más increíble es que ha logrado que dos jugadores sensatos como Casillas y Xabi Alonso crean que han perdido la eliminatoria de “Champions” contra el Barça por culpa de los colegiados. Les da igual la dureza de sus compañeros en muchas acciones o haber tirado solamente en dos ocasiones a la portería contraria. 

No sé como terminará todo esto pero tengo claro que si esto sucede es porque algún “ser superior” le permite todos los caprichos a su empleado. De todos modos, si la cosa continúa, no se preocupen porque aquí lo aguantamos todo y la verdad es que el barcelonismo nunca ha estado tan unido como ahora. Señal de que las cosas se están haciendo bien y siempre dentro del terreno de juego…

P.D.: Continuaré hablando de fútbol y con fidelidad a mis colores… jeje! Lo siento pero si me queréis (con defectos y todas esas cosas), espero que me respetéis…Gracias.

P.D.: Osama Bin Laden ha muerto. O eso dicen. En efecto, hoy no tocaba hablar de la noticia del año… No sé si porque no me lo creo del todo aún (Presidente Obama, ya sé que ha dicho que no va a haber fotos pero no vendría mal en este sentido creo yo para hacernos una idea y tal. Hace unos años no hubo reparos en retransmitir al mundo la cruel muerte de Sadam Hussein) o porque pienso que esto acaba de empezar… Vamos, que no me gustaría ser estadounidense en este momento por lo que pueda pasar…