Unos pocos días y diez “Grand Slam” después me han servido para darme cuenta de la ignorancia deportiva que hay en nuestro país. Algunos que otros “bienaventurados” llevan esta semana preguntando y debatiendo si Rafa Nadal es el mejor deportista español de todos los tiempos. Pobres ignorantes… Una persona con la cabeza bien amueblada y amante de los deportes sabe ya que el tenista manacorí es desde hace tiempo, y con mucha diferencia, el más grande de la historia de España.
¿Por qué? (Como me gusta últimamente esta pregunta… me entran unas ganas locas de cantar…) Muy fácil. Empezaré por el final. Tiene solo 25 años, sí, aunque parezca mentira y pensemos que lleva más de 100 años jugando al tenis, Rafael tiene un cuarto de siglo recién cumplidito y si él quiere y las lesiones no se lo impiden, tiene cuerda para rato. Y sí, porque a pesar de que muchos dudáramos de sus posibilidades en el último Roland Garros, ha vuelto a lograr un merecidísimo título contra viento y marea.
Tras las dudas iniciales generadas en su juego durante los primeros partidos, el agarrotamiento y lentitud de sus piernas, el tremendo daño mental ocasionado por las cuatro finales perdidas ante Novak Djokovic y, por supuesto y un año más, la irrespetuosa (por no decir otras mil cosas peores) afición francesa, Nadal consiguió alzar su sexta corona parisina ante el tenista más grande de la historia, Roger Federer.
Seis Roland Garros, dos trofeos de Wimbledon, un Open de Australia, una copa del US Open, el tenista con más galardones de Masters Series (por delante del insuperable Federer), oro olímpico en Pekín, decenas de títulos individuales y 100 semanas en lo más alto del tenis mundial (Número Uno de la clasificación ATP). Creo que el chaval no va mal de momento… Más si cabe cuando más de uno lo quiso enterrar hace un tiempo después de sus numerosas molestias de rodilla y sus problemas personales.
Lo más grande de Rafa es su humildad y sacrificio. La humildad que le permite tener los pies en el suelo día a día después de los grandes éxitos que consigue semana a semana y que, además, hace que sea una gran persona fuera de las pistas de tenis. Solo así se puede comprender como sigue hablando bien de los franceses. Y sacrificio porque no da nunca una pelota por perdida en ningún momento. Si alguien quiere superarle tendrá que ser porque ha tenido que dar una bola más gracias al sobreesfuerzo de Nadal.
Tampoco me gustaría olvidarme del entorno. Ese núcleo de personas que ayuda a mejorar las prestaciones de un deportista y a crecerse en los peores momentos. La figura de Toni Nadal es el mayor exponente. Su tío, su entrenador y su confianza. Él único capaz de gritarle en público: “Deja de quejarte de tonterías y juega al tenis”. Solo así se puede comprender una exitosa conexión que ha dado grandes frutos al deporte español.
Miguel Indurain, Pau Gasol, Severiano Ballesteros, Ángel Nieto, Xavi, Casillas, Fernando Alonso… Todos ellos han sido, son o serán leyendas pero no pueden compararse con el impresionante palmarés de Nadal ni con la dificultad añadida de lograrlo en solitario, es ahí donde radica la grandeza y excelencia del tenis. Salvo Ballesteros, el resto se ha apoyado en sus compañeros o una máquina para lograr sus hazañas. No les resto valor, solo engrandezco aún más la figura de Rafael Nadal.
Cuando alguien es capaz de acostumbrarnos a llegar a una final semana tras semana sin alabar su trabajo y esfuerzo es que es muy bueno. Cuando alguien consigue que dudemos de sus éxitos en los peores momentos y no celebremos con total justicia todo los que nos da es que es más que muy bueno. Y cuando alguien logra que sus derrotas suenen con más fuerza que sus victorias es que pierde pocas veces y que gracias a ello se ha convertido en EL MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS…
GRACIAS RAFA, GRACIAS NADAL…
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