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martes, 25 de enero de 2011

A LA HOGUERA CON LAS GRUAS MUNICIPALES

Sí, lo reconozco… me han vuelto a pillar con el carrito del helado… o como dirían otros, la grúa me ha vuelto a llevar el coche. Dieciséis meses en Barcelona y un servidor ha “donado” ya dos veces una suculenta suma de dinero a las arcas municipales. Esto no me pasaba en Salamanca. Allí, como mucho, un pucelano me llevaba por delante en una rotonda y otro “personaje” se saltaba un Stop para empotrarse en mi añorado Mondeo. Como buen amante de los tiempos antiguos, no me importaría recuperar la quema de brujas en la plaza del pueblo. Y como, de momento, no he visto ninguna… propongo cambiar a las brujas por las grúas municipales.

La primera vez me ocurrió en Córnella, a pocos metros de mi casa. Fui a llevar por la mañana a mi novia a su trabajo y dejé el coche, aparentemente, bien aparcado durante un par de horas antes de volver a recogerlo para irme. Cuando bajé, el Passat se había evaporado y allí sólo quedaba una pegatina triangular… Traté de buscar alguna explicación pero no encontré ninguna señalización que prohibiera el aparcamiento.

Así que, fui al depósito, 50 metros más abajo, y me dijeron que los tres últimos días de cada mes, esa zona estaba reservada para el Servicio de Deixalleria (Dícese de un espacio para recoger los elementos que no son útiles en casa y que se pueden reciclar). Después de dialogar con el responsable, accedí a pagar religiosamente las TASAS de la grúa… “¡¡¡113 euros!!! ¿Pero qué he roto?” Al parecer no rompí nada, pero supongo que mi vehículo pesa mucho y la grúa tuvo que realizar un gran esfuerzo para arrastrarlo durante unos larguísimos 50 metros...

Por cierto, sí que había una señal en el lugar. Una señal, mucho más alta de lo normal y bastante diferente al resto de lo que había estudiado en mi libro de la autoescuela. Luego llegaría la multa de 60 euros (30 euros de descuento si la pagas inmediatamente) a casa, a pesar de que el responsable del depósito me aseguró que no había que pagar nada más. Con ganas de decirle cuatro palabras me quedé: “ERES MU, MU TONTO”.

La segunda sí que me ha dolido en el “alma”… El otro día, tras una dura e intensa jornada laboral, fui al lugar dónde había dejado el Volkswagen pero después de llevarme las manos a la cabeza, mirar al cielo y repetir varias veces: “Otra vez no… Por favor… Otra vez NOOOO!!!”, no lo encontré. Llevaba el último mes aparcando en el mismo sitio porque creía que ya no era zona de Carga y Descarga. Las líneas en zigzag amarillas las habían asfaltado y como en la misma calle hay cinco zonas habilitadas para las furgonetas y camiones... siempre pensé que ya no existía. Me equivoqué…

Llegué resignado al depósito y con muchas ganas de decir más de cuatro palabras bien dichas, y desde el respeto, a quién se me pusiera delante. Pero después de ver el “book” (Dícese de innumerables fotos bien encuadradas y muy bonitas) que le habían hecho a mi coche, observar como mis argumentos caían sobre su propio peso y como la señora que me atendió era la persona más amable del mundo, no tuve más remedio que volver a claudicar ante la evidencia: Las Grúas Municipales son seres superiores ante los que no puedes hacer nada. Ni siquiera reclamar o alegar ya que aunque te den la razón, no te van a devolver el dinero… (Al menos, eso me dijeron).

Pues nada, 180 euros más para la saca del Ayuntamiento de Barcelona (150 euros de TASAS y 30 euros de multa)… Sale más rentable ir a mil por hora en la autopista, ¿no? Lo que es peor es que con mi nueva contribución ya son casi 400 euros ¿tirados a la basura? Espero que al menos sirvan para algo decente y útil. ¿Qué tal ponerle mi nombre a una calle? Aunque más bien podría ser una Avenida… ¿Qué tal Paseo de David Tapia en lugar de Paseo de Gracia? A mí me vale. Cuánta gente tendrá una calle con su nombre y no habrá hecho tanto por su ciudad…

Lo que más rabia me da es la cantidad de vueltas que doy antes de acertar con el sitio adecuado ya que siempre procuro que no pise ni 10 centímetros un paso de peatones o una línea amarilla o lo que sea. Está visto que por muy precavido que seas, no basta. Y después de consumir un montón de gasoil para aparcar, compruebas que el resto de los vehículos están mal aparcados y que no hay grúa que se los lleve… JOPEEE!!!
Que la fuerza, la paciencia y un montón de billetes os acompañen en un Depósito Municipal. 

P.D.: Supongo que ninguno de los fumadores que se atrevieron a leer mi anterior publicación se ha animado a dejar de fumar… Que pena me dan…



1 comentario:

  1. Te doy totalmente la razón, con ésto no hay nada que hacer, nada más que pagar, y cuanto antes mejor. los políticos endeundan a los ayuntamientos y somos los demás los que tenemos que pagar la deuda durante toda la vida.

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