Fíjense si la crisis actual es grave de narices que ha conseguido también llevarse por delante los sentimientos y colores de los aficionados deportivos… Apenas quedan ya seguidores que vibran con los triunfos de su equipo, que sufren con sus dolorosas derrotas y que, por encima de todo, se mantienen fieles a ellos. Al parecer ahora lo que se lleva es ser del equipo “que me apetezca en el momento que quiera”.
Vivimos en el mundo de las redes sociales y la proliferación de los portales interactivos de apuestas deportivas. Unos lugares que, además de contar con numerosos ludópata (que probablemente se quejen del poco dinero que tienen pero olvidan lo mucho que gastan jugando…), nos permite apostar cualquier cosa. Algo que se amplifica como es evidente con los acontecimientos deportivos más relevantes del planeta.
Existen muchos tipos de aficionados. Podríamos hablar de los seguidores fieles, aquellos que “aman” a su equipo por encima de todas las cosas (disfrutando los buenos momentos y aguantando los traspiés). Fanáticos, personas que lo saben todo y anteponen sus colores incluso por delante de su salud. Indiferentes, una minoría que se muestra totalmente imparcial y desinteresado ante este tema.
“Chaqueteros”, género muy común que sobresale entre los más pequeños ya que se muestran partidarios del equipo que gane en ese momento o de lo que diga la mayoría (ya sea por vergüenza u miedo a represalias). Y asimismo existe otro tipo de “fan” que a partir de ahora llamaremos “falsos mentirosos”. Son las personas que se pasan la vida diciendo que son de un equipo pero que aprovechan cualquier circunstancia (digamos, ganar una apuesta) para pasarse al enemigo y además criticar con alevosía a “tu” club.
En cierta manera puede ser comprensible “cambiarse” de equipo con el propósito de lograr una buena suma de dinero (Las Quinielas futbolísticas son un claro ejemplo) y más en los tiempos que corren. En tales situaciones lo más conveniente es hacer caso a la cabeza y no al corazón ya que si haces caso al primero tienes muchas opciones de conseguir algo, no puedes dejar que tus sentimientos “te cieguen”.
Lo que me parece bastante vergonzoso y rastrero es criticar de forma pública a los que se suponen pertenecen a tus colores. Tú puedes “desear” en el fondo que tu club pierda un partido porque has apostado contra él, pero lo que no está bien es “saborear” el triunfo como si fueras un fanático del rival. Alguien que se porta de esta manera no puede considerarse seguidor de nadie, lo único que deja claro es que es un hipócrita.
Es muy fácil criticar a los deportistas profesionales cuando dejan “plantados” a sus clubes de origen, dónde se han hecho famosos, han pasado más tiempo, etc. por irse al máximo rival o a un equipo que simplemente le va a pagar más. Si nosotros lo hacemos por unos pocos euros, como no lo van a hacer ellos por miles y millones… Seguramente el dinero no dará la felicidad pero ayuda bastante a tratar de conseguirla…
P.D.: A mis “fieles seguidores”, lamento el retraso. Me he pasado los últimos días disfrutando de la compañía de mi familia y mis amigos, a quienes agradezco de todo corazón su visita a mi casa. Espero que se hayan aprendido el camino y que vuelvan más pronto que tarde… A los “aficionados chaqueteros” que han disfrutado de mi ausencia, ¡Os aguantáis! Todavía me quedan muchas tonterías por compartir…
No hay comentarios:
Publicar un comentario